En el post de hoy, quiero abordar un tema que a muchos papás y mamás os interesa: Los miedos infantiles. No sólo porque conforman parte natural del proceso de desarrollo de cualquier niño, sino porque, queridos padres, en esto, los expertos son tajantes: el miedo no sólo es inherente al ser humano, sino que es necesario.Lo que ocurre, es que los pequeños no saben gestionarlo y puede enquistarse y entorpecer su desarrollo 'normal'. Por ello, vamos a ver qué podemos hacer, como papás.
Generalmente, el miedo se manifiesta en la infancia, como un proceso de respuestas motoras y cognitivas con las que están reaccionando ante un estímulo que les es desconocido. Sensaciones como el temor, el desconcierto, la desconfianza o la ignorancia unidas, pueden hacer que el niño se muestre especialmente incómodo y dubitativo porque no sabe cómo gestionar y evitar ese sentimiento que les es desagradable.
A menudo, los psicólogos ponen un ejemplo que me ha gustado mucho para ilustrar cuando el miedo se convierte en algo irracional y que debe tratarse: las fobias:
Imaginad esta situación:
Un niño, que por primera vez acude a una sala de cine, oscura, y donde se está visionando una película ''para niños'' pero con ''buenos y malos'', se mostrará con miedo. Es lógico, pues nunca antes había vivido una situación parecida. Sin embargo, imaginad a otro niño, de su misma edad, con unos 5 años, que acude a ver esa misma película. Nada más entrar y advertir de que la situación es algo diferente 'echa a correr' gritando o llorando.